Después de diez años de trabajo Pontormo finalizó una obra calificada de intrincada y poco monumental. Dándose cuenta de su fracaso, parece ser que enfermó y murió de la congoja que le había producido su fracaso. Poco fue el éxito obtenido, ya que este fresco fue destruido en el siglo XVIII, y es conocido tan sólo por copias.