A su muerte, casi toda la realeza europea acudió al entierro, que se celebró solemnemente en Viena.
Su exilio había acabado pocos años antes, gracias a la intervención del rey Juan Carlos I de España, a través de conversaciones con las autoridades de la República Austriaca.
Su exilio había acabado pocos años antes, gracias a la intervención del rey Juan Carlos I de España, a través de conversaciones con las autoridades de la República Austriaca.