Florence Nightingale es considerada la madre de la enfermería moderna. Nacida en 1820 en Florencia, luchó contra el destino de las mujeres de la época de permanecer en casa y decidió convertirse en enfermera, una profesión entonces muy desprestigiada y reservada para los pobres. Desarrolló su mejor trabajo durante la guerra de Crimea, cuando acudió allí junto con un reducido número de enfermeras y reformaron y limpiaron el hospital haciendo caer la tasa de mortalidad del 40% al 2%.