Vas caminando por las calles de Estambul -donde este timo está muy extendido- y le recoges a un limpiabotas el cepillo que se le ha caído. El, en agradecimiento, te ofrece limpiarte los zapatos totalmente gratis. Pero cuando ha terminado resulta que ha habido "una confusión", y te dice que debes pagarle el servicio, que además es carísimo.