Su adicción a las drogas y al alcohol le inspiró para escribir 'El resplandor' o 'Carrie'. King dedidió dejarlo en los 90 cuando su mujer, Tabitha Spruce, le amenazó con abandonarle. "Ella vació la papelera de mi escritorio y encontró de todo: latas de cerveza, estupefacientes... Me di cuenta de que tenía que cambiar", confesó en su libro de memorias, 'Mientras escribo' (2000).