Las pruebas recopiladas por el biólogo Dr. Rachel Grant, de la Open University, dejan entrever un vínculo entre el comportamiento de los sapos y la existencia de terremotos. En una de sus investigaciones se detectó que el 96% de los sapos machos de un campo de cría huyeron unas 46 millas del epicentro del terremoto que asoló L'Aquila en 2009... ¡cinco días antes de que se produjera!