Pero no todo fue tan fácil para la compañía de Cunard; al cabo de poco tiempo le surgieron grandes competidores, entre ellos la compañía White Star Line, con la creación de sus tres buques de la clase Olympic, que aún no siendo tan veloces, eran muy lujosos y que poco a poco se fueron ganando un puesto en el negocio marítimo, además Alemania y Francia también se convertirían en potencias marítimas