Gracias a las turbinas Parsons (consistía en mover el barco mediante vapor a alta presión y que este tomara contacto con las aspas de una turbina, para permitir girar a gran velocidad la hélice) se aumentó la velocidad de los buques, fue entonces cuando a Cunard se le ocurrió la idea de conseguir el contrato de una compañía de correos para poder disponer de un servicio regular para los pasajeros y la carga, a partir de este momento empezaron a surgir nuevas empresas con ánimo de participar en el negocio marítimo