La explicación a esas supuestas moras (que se trata de una adaptación al castellano del gallego mouras que designa a las encantadas de Galicia y Portugal) puede estar relacionado con el término prerromano *mor (túmulo, montón de piedras) y, a su vez, con las morras, poblados típicos del Bronce Manchego. Tampoco está muy lejos, etimológicamente, de estas moras y mouras el nombre de la diosa vasca Mari.