A la vista del desarrollo de los acontecimientos, bastante inestables por las órdenes dadas por el capitán General, Palafox decide retirarse a la finca de La Alfranca, propiedad de su prima la marquesa de Ayerbe, a la espera el inminente levantamiento popular promovido por la citada Junta, como así ocurrió, al sublevarse el pueblo de Zaragoza el 24 de mayo de 1808, solicitando al general Guillelmi la entrega de armas a los civiles sublevados. Al día siguiente un grupo de labradores del Arrabal dirigidos por Jorge Ibor Casamayor, más conocido popularmente como Tío Jorge, se dirigieron a la finca donde se encontraba el general Palafox para ofrecerle la Capitanía General de la ciudad, y por tanto aceptase el mando del ejército.