La lucha se fue haciendo cada vez más difícil para los defensores de la ciudad, que vieron como el día 4 de agosto las tropas francesas abrían una brecha en la zona del jardín botánico y llegaban a alcanzar el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, en pleno centro de la ciudad. Ante la gravedad de la situación, muchos son los zaragozanos que comienzan a abandonar la ciudad por el puente de piedra, entre ellos el general Palafox y otros altos oficiales y cargos públicos, dejando el mando a Antonio de Torres Gimeno, contando para dirigir a los defensores de la ciudad con personas de la talla y valor de Mariano Cerezo o el Tío Jorge entre otros.