Este bisbita suele establecerse para criar en terrenos baldíos poco cubiertos de matorral, en los que el macho, al poco tiempo de regresar de sus cuarteles de invierno, inicia el cortejo nupcial, que consiste sobre todo en cantos de celo emitidos en vuelo. El canto es la repetición de un metálico «tsirlii-tsirlii-tsirlii».