Otro refrán:
A galgo viejo, echadle liebre, no conejo.
Advierte que las cuestiones graves, cualesquiera que sean, deben encomendarse al hombre experimentado, nunca al inexperto.
A galgo viejo, echadle liebre, no conejo.
Advierte que las cuestiones graves, cualesquiera que sean, deben encomendarse al hombre experimentado, nunca al inexperto.