Otro refrán:
A la lumbre y al fraile, no hurgarles. Porque la lumbre se apaga y el fraile se arde.
A la primera porque se debilita y extingue; al segundo, porque, aunque vista habitos, es de carne y hueso y acabará sucumbiendo a la tentación.
A la lumbre y al fraile, no hurgarles. Porque la lumbre se apaga y el fraile se arde.
A la primera porque se debilita y extingue; al segundo, porque, aunque vista habitos, es de carne y hueso y acabará sucumbiendo a la tentación.