Al entrar de Alcalde, puso una Ordenanza, con el fín de quitar la mala costumbre de "tirar las aguas sucias" a la calle. La pregonó y el primer día desde el Ayuntamiento próximo a su casa, vió tirar a la chica del servicio las aguas sucias, contraviniendo sus ordenes. Dió aviso para que avisaran a su esposa, y la hizo pagar la multa estipulada ante las protestas de ella.