LA FAMILIA ALCALÁ GALIANO Y ALBARES.
... Y sigue escribiendo Antonio:
Pero dejando antiguas alcurnias, no estará demás hablar de la situación de mis padres y familia cuando yo nací, porque esto ya influyó en mi situación en mis primeros años. En verdad, en la hora en que vine al mundo, los míos estaban, si no en grande encumbramiento, en situación bastante ventajosa para mi futura carrera, situación que los llevó a adelantos notables, según apuntaré ahora mismo.
Mi abuelo, don Antonio Alcalá Galiano y Pareja, era teniente coronel del regimiento de milicias provinciales de Bujalance. Poseía el mayorazgo de la casa, y servía en milicias, como solían en aquella época los caballeros de tierra adentro. Después pasó a coronel del regimiento provincial de Écija. En la guerra del Rosellón, en 1793 y 1794, se distinguió por su valor y tuvo la fortuna de contribuir a la gloriosa defensa de Bellegarde, a la par casi con su gobernador; siendo ésta una de las pocas defensas honrosas al nombre español hechas en aquellas campañas de poco lustre y muy mala fortuna. Siguióse de ahí ascender a brigadier de ejército, y al fin de su vida a mariscal de campo, y obtener una buena encomienda en la Orden de Alcántara, de que fue caballero, así como mi padre, su hijo y los dos hermanos de mi madre, mirando yo siempre por esto la cruz verde con singular respeto y cariño.
... Y sigue escribiendo Antonio:
Pero dejando antiguas alcurnias, no estará demás hablar de la situación de mis padres y familia cuando yo nací, porque esto ya influyó en mi situación en mis primeros años. En verdad, en la hora en que vine al mundo, los míos estaban, si no en grande encumbramiento, en situación bastante ventajosa para mi futura carrera, situación que los llevó a adelantos notables, según apuntaré ahora mismo.
Mi abuelo, don Antonio Alcalá Galiano y Pareja, era teniente coronel del regimiento de milicias provinciales de Bujalance. Poseía el mayorazgo de la casa, y servía en milicias, como solían en aquella época los caballeros de tierra adentro. Después pasó a coronel del regimiento provincial de Écija. En la guerra del Rosellón, en 1793 y 1794, se distinguió por su valor y tuvo la fortuna de contribuir a la gloriosa defensa de Bellegarde, a la par casi con su gobernador; siendo ésta una de las pocas defensas honrosas al nombre español hechas en aquellas campañas de poco lustre y muy mala fortuna. Siguióse de ahí ascender a brigadier de ejército, y al fin de su vida a mariscal de campo, y obtener una buena encomienda en la Orden de Alcántara, de que fue caballero, así como mi padre, su hijo y los dos hermanos de mi madre, mirando yo siempre por esto la cruz verde con singular respeto y cariño.