Puesto que el Señor no era servido de darles descendencia, el matrimonio decide hacer un monasterio. Teresa de Layz conoce a la Madre Fundadora, y después de varios intentos, llegan al acuerdo de hacer un convento de Carmelitas Descalzas en su propia casa. ”lo que les tuve en mucho: que dejaron su propia casa para darnos, y se fueron a otra harto ruin”.