Llegamos ya a la planta baja, donde nos encontramos con la tienda de comestibles de don Senén, un desconfiado tendero otro pícaro falto de escrúpulos que no esconde su tacañería ni tiene reparos en timar a sus clientes. siempre encuentra modos de engañar a las clientas con el peso de las patatas y la fruta (aunque a veces le sale el tiro por la culata).