LA FAMILIA ALCALÁ GALIANO Y ALBARES.
... Y sigue escribiendo Antonio
Muy diversa vino a ser, como dejo dicho, la suerte del otro hermano de mi madre, personaje notable y a quien siempre tuve yo la consideración de que disfrutaba en la familia, siendo, además, mi padrino de bautismo. Don Juan María Villavicencio, a quien me refiero, tenía en verdad singular talento y calidades no comunes; chistoso por demás, en su gesto serio y aun desabrido, satírico, a veces cáustico, buen marino, aunque no de los eminentes en la parte científica, de muy varia instrucción, si no profunda, con habilidades de cortesano, si bien a menudo con repugnancia a serlo, principalmente antes de la vejez, con don de gentes para el mundo, a pesar de ser duro y caprichoso, reverente y murmurador, pero fiel y puntual; con tales cualidades adelantó rápidamente en su carrera en la Armada, sin dejar de hacer navegaciones largas y peligrosas; pisó con frecuencia, no sin concepto ni sin ventaja, los términos de la corte, y paró en tener las más altas dignidades, hasta la de Regente del Reino en la regencia más calificada entre cuantas hubo cuando, cautivo Fernando VII en Francia, sustentó la nación española la causa de su honor e independencia. Los libros de este tío mío, que eran algunos y escogidos, sirvieron en gran manera a mi enseñanza, y de su conversación y ejemplo tomé mucho, siendo él muy amado de mi madre, aunque debo decir que en lo mucho que le traté más le tenía de consideración que de cariño.
... Y sigue escribiendo Antonio
Muy diversa vino a ser, como dejo dicho, la suerte del otro hermano de mi madre, personaje notable y a quien siempre tuve yo la consideración de que disfrutaba en la familia, siendo, además, mi padrino de bautismo. Don Juan María Villavicencio, a quien me refiero, tenía en verdad singular talento y calidades no comunes; chistoso por demás, en su gesto serio y aun desabrido, satírico, a veces cáustico, buen marino, aunque no de los eminentes en la parte científica, de muy varia instrucción, si no profunda, con habilidades de cortesano, si bien a menudo con repugnancia a serlo, principalmente antes de la vejez, con don de gentes para el mundo, a pesar de ser duro y caprichoso, reverente y murmurador, pero fiel y puntual; con tales cualidades adelantó rápidamente en su carrera en la Armada, sin dejar de hacer navegaciones largas y peligrosas; pisó con frecuencia, no sin concepto ni sin ventaja, los términos de la corte, y paró en tener las más altas dignidades, hasta la de Regente del Reino en la regencia más calificada entre cuantas hubo cuando, cautivo Fernando VII en Francia, sustentó la nación española la causa de su honor e independencia. Los libros de este tío mío, que eran algunos y escogidos, sirvieron en gran manera a mi enseñanza, y de su conversación y ejemplo tomé mucho, siendo él muy amado de mi madre, aunque debo decir que en lo mucho que le traté más le tenía de consideración que de cariño.