ALGUNOS ASPECTOS SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGLESIA DE SAN ESTEBAN DE ALBARES.
El órgano
El 20 de marzo de 1759, de nuevo se hizo preciso hacer una composición al órgano, consistente en forrar de baldes nuevos los fuelles del órgano, hacer uno nuevo, repasar el secreto y templarle. En él se incluyen cuatro cuarterones, tirantes y tabla. El maestro organero que figura como artífice de este nuevo arreglo es Jaime de Fuentes, que percibe por su ejecución la cantidad de 24.208 maravedís. Además, aparece Manuel Plaza, presentando un recibo de cobro por la ejecución de esta obra, pero no especifica si es organero o no. Tanto José como Jaime de Fuentes eran hermanos, naturales de la villa conquense de Mira y a su vez hijos de otro importante maestro organero, también de Mira, Jaime Fuentes, quien trabajó en el órgano de la catedral de Cuenca en 1702-1703. El último de los maestros organeros que trabajaron en Albares a finales de siglo fue Francisco Martínez de Ressa, vecino de Tendilla, quien desde 1776 a 1791, será el encargado del afino y arreglo del órgano. Su principal trabajo lleva fecha del 11 de Octubre de 1776, cuando hubo de componer el órgano, percibiendo por ello la cantidad de 1.150 reales de vellón. En la composición del órgano entró: apearlo todo, quitar los secretos, deshacerlos para quitar los repasos y forrarlos de nueva planta y los fuelles en la misma forma, completar de caños algunos registros que le faltaban y afinarlo todo y dejarlo a plena satisfacción.
El órgano
El 20 de marzo de 1759, de nuevo se hizo preciso hacer una composición al órgano, consistente en forrar de baldes nuevos los fuelles del órgano, hacer uno nuevo, repasar el secreto y templarle. En él se incluyen cuatro cuarterones, tirantes y tabla. El maestro organero que figura como artífice de este nuevo arreglo es Jaime de Fuentes, que percibe por su ejecución la cantidad de 24.208 maravedís. Además, aparece Manuel Plaza, presentando un recibo de cobro por la ejecución de esta obra, pero no especifica si es organero o no. Tanto José como Jaime de Fuentes eran hermanos, naturales de la villa conquense de Mira y a su vez hijos de otro importante maestro organero, también de Mira, Jaime Fuentes, quien trabajó en el órgano de la catedral de Cuenca en 1702-1703. El último de los maestros organeros que trabajaron en Albares a finales de siglo fue Francisco Martínez de Ressa, vecino de Tendilla, quien desde 1776 a 1791, será el encargado del afino y arreglo del órgano. Su principal trabajo lleva fecha del 11 de Octubre de 1776, cuando hubo de componer el órgano, percibiendo por ello la cantidad de 1.150 reales de vellón. En la composición del órgano entró: apearlo todo, quitar los secretos, deshacerlos para quitar los repasos y forrarlos de nueva planta y los fuelles en la misma forma, completar de caños algunos registros que le faltaban y afinarlo todo y dejarlo a plena satisfacción.