Fui
médico de
Alcocer de 1973 a 1977 y siento un enorme cariño por el
pueblo y por las personas que allí conoci. En primer lugar por don Federico
San Andrés el farmaceutico, que en paz descanse y por su hija Mary. La
farmacia fue nuestra segunda
casa, para mi mujer y para mi. También D. Gonzalo, el veterinario jubilado y su entrañables hijas Elena y Pilar, una de las personas mas buenas que he conocido en mis cerca de 78 años de edad. Así mismo por todos los familiares de ambos. Agapito, peón caminero
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