Fui médico de Alcocer de 1973 a 1977 y siento un enorme cariño por el pueblo y por las personas que allí conoci. En primer lugar por don Federico San Andrés el farmaceutico, que en paz descanse y por su hija Mary. La farmacia fue nuestra segunda casa, para mi mujer y para mi. También D. Gonzalo, el veterinario jubilado y su entrañables hijas Elena y Pilar, una de las personas mas buenas que he conocido en mis cerca de 78 años de edad. Así mismo por todos los familiares de ambos. Agapito, peón caminero jubilado, y su mujer Vicenta fueron nuestros vecinos, excelentes personas. D. Adrés Perez Arribas, el sacerdote y sus hermanos y su sucesor Crescencio Saiz Saiz, "Chencho", persona entrañable. Carlos Esteban Pascual, el veterinario y Otilia su mujer. Tanbién sentimos gran cariño por Antonia y Goyo en cuyo Bar España comimos tantas veces como en nuestra casa. En realidad, recuerdo con gran cariño a todos los vecinos del pueblo. Por eso cuando, cuando dejé Alcocer se me caían grandes lagrimones en el coche, pensando que médico vendría a sucederme y cómo atenderia a mis enfermos, que con tanto cariño cuidé en los años que fui su médico, Un abrazo para todos.