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ALGAR DE MESA: irene lazaro recibe mensaje

ALGAR DE MESA

Crónica en el diario de Nueva Alcarria, viernes 24 de febrero de 2006, pág. 31.

SOR IRENE LÁZARO, RECUERDOS DE UNA ALGAREÑA AFINCAA EN GRANADA.

Sor Irene es una persona que tiene muy presente a todos cuantos le ayudaron en la vida y que gracias a ellos, se ha ido formando. Como todo algareño, recuerda todos los días su pueblo y, muy especialmente, su iglesia, el sagrario y las imágenes de la Virgen de los Albares y de Santo Domingo de Gúzman. Proximamente, la religiosa regresará a Madrid.

El día 26 de agosto de 1941 nacía una hija en el matrimonio Pedro Y Leandra, que formaría parte de la familia numerosa, junto a sus hermanos Aurelia, Gregoria, Esperanza y Julian. Cinco hijos que fueron creciendo en el calor familiar. A los pocos días fue bautizada en la parroquia con el nombre de la santa, Irene, que conserva en su vida religiosa.

Sor Irene es una de las sies religiosas que el pueblo de Algar ha entregado a la Iglesia. Es la única que forma parte de la comunidad de las Adoratrices. A sus 19 años ingresó en la casa de Guadalajara. Ella habla de su infancia, de sus padres, hermanos, maestros y del sacerdote. Junto a ellos fue creciendo en los primeros años de su vida. Recuerda muy bien los amigos y amigas del colegio y, en especial, a seis hermanas que profesaron en distintas comunidades religiosas.

Su madre siempre estuvo a su lado y, al enterarse, pronunció sus primeras palabras, "ofreciendo su hija al Señor". A su padre, Pedro, le costó un poco aceptar la nueva situación, pero no tardó mucho tiempo en darse cuenta de la felididad de su hija. Sus hermanos también la acompañaron. Coincidió que Julián estaba cursando sus estudios en el Seminario de Sigüenza. La religiosa ha pasado por varias casas de la comunidad e las Adoratrices. Empezó en Guadalajara, pasó a Madrid, Burgos, Valladolid, Orense. Después se fue a Oviedo, Tánger, Gijon, Burgos y Malaga. En Ceuta estuvo seis años como superiora. Sus últimos nueve años los ha pasado como administradora pronvincial en Granada. La madre General ya ha comunicado a Sor Irene su traslado a Madrid. Ella, Sor Irene, teiene una buena memoria, ya que, cuando habla de aquellos tiemos tiende la mirada al infinito como si lo estuviera viviendo en los momento de la entrevista. Doña Mercedes la enseñó las primeras letras y le entregó los libros, que pasaban de un curso al siguiente, donde los alumnos iban practicando en la lectura y adquiriendo los primeros conocimientos de las distintas materias. Sor Irene también recuerda al sacedote don Germán Hernando. Con un tono de voz más dulce, revive aquellos años cuando esperaba el jueves por la tarde para asisitir a la catequesis en la escuela y del grupo de "Las Niñas Reparadoras", que con frecuencia meditaban junto al Sagrario.

Irene formó parte del grupo de teatro del colegio. Uno de los papeles que representó fue el de Santa Rita, la flor de Casia, junto a Vicente Escolano Cebolla, que hacía de mendigo. Revestida de monja, recuerda la escena en la que representaba la muerte de la santa. Sus padres y los espectadores rompieron en lloros y suspiros.

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