Viernes, 24 de julio de 2009
Hola AMIGO DIOS, otra vez estoy contigo, y en nuestra intimidad quisiera contarte, una cosa insignificante, es un cuento nada más.
Veras yo tengo otro amigo, es decir algunos más. Pero el cuento, es de este en concreto, y te lo voy a contar. Ya se que los sabes todos, ¡hasta ahí podíamos llegar! Pero es necesario que Tú lo recuerdes, y lo vas a recordar, porque para eso estoy yo, el más testarudo que puedas imaginar.
Este mi amigo:
Sibilio. El más pobre del lugar, pensó poner una granja, la cual te he de contar. Una granja de gallinas, pero lejos del lugar. Porque el carecía de tierra, alrededor del lugar, por eso se fue tan lejos, también por no molestar
Sibilio tenía todo, a punto en aquel lugar. Un lugar maravilloso, con agua, una cabaña, y un montón de cosas más. Allí llevó las gallinas, para completar la faena, y disfrutando de la cena, este se puso a pensar:
Aquí dejo las gallinas, pero fuera del corral…y las dejo sin amparo. A merced de cualquier animal. ¿A quien podría poner, para vigilar nada más?
Después de dar vueltas al coco, meditar y meditar. Llegó a esta conclusión, y que te voy a relatar.
Si las dejo sin amparo, ¡victimas se convertirán! De cualquier desaprensivo…o de cualquier animal. Y ¿quien pongo para poder vigilar?
Si pongo al lobo las mata y después las comerá. Si a la zorra mata una cada día, y también la comerá.
¡Mejor las guardo yo mismo!
Dicho y hecho: Aquí mi amigo Sibilio acertó de pleno. Y de dicha quedó lleno. Más se puso a vigilar, cuando ya tenía hambre y era hora de cenar, este mató una gallina, ¡algo habría que cenar! Y lo mismo al otro día, y algún otro día más. Las gallinas se acabaron, si se acabó el gallinero. También se acabó el puchero. ¡Ya no hay nada que guardar!
ESTO: es lo que nos pasa a todos sin excepción; ya veras.
Nos convocan a elecciones y una urna nos pondrán, para que vayamos eligiendo a la zorra o al lobo del lugar, ellos lo comerán todo, lo suyo y lo de los demás. Y nos enseñan imágenes de gentes de otro lugar, que ya ha quedado sin nada y muriendo de hambre están. Nos dicen ser solidarios, y como humanos que somos nos quitamos de la boca el último bocado de pan, pero lo recogen ellos, y al hambriento no le dan
Políticos y banqueros, terror de la humanidad. Si el pueblo hiciera justicia. ¿Dónde os encerraran? Quizás os entierren vivos como vosotros hacéis con todo aquel que os cae mal.
No es justo que un banquero o un político cobre veinte veces más que otro cualquier ciudadano. ¿Adonde está la justicia? ¿A dónde la libertad?
Por algo dijo aquel cura, apoyado en el altar
Si hemos de hacer justicia…los jueces hay que encerrar
Y cuanta razón tenía
El cura don Emiliano
Que si alguien no podía
El iba a darle la mano
Se nota que ya soy débil
Siento ganas de llorar
Porque me siento impotente
No lo puedo remediar
Vuestro amigo Yusepe
Hola AMIGO DIOS, otra vez estoy contigo, y en nuestra intimidad quisiera contarte, una cosa insignificante, es un cuento nada más.
Veras yo tengo otro amigo, es decir algunos más. Pero el cuento, es de este en concreto, y te lo voy a contar. Ya se que los sabes todos, ¡hasta ahí podíamos llegar! Pero es necesario que Tú lo recuerdes, y lo vas a recordar, porque para eso estoy yo, el más testarudo que puedas imaginar.
Este mi amigo:
Sibilio. El más pobre del lugar, pensó poner una granja, la cual te he de contar. Una granja de gallinas, pero lejos del lugar. Porque el carecía de tierra, alrededor del lugar, por eso se fue tan lejos, también por no molestar
Sibilio tenía todo, a punto en aquel lugar. Un lugar maravilloso, con agua, una cabaña, y un montón de cosas más. Allí llevó las gallinas, para completar la faena, y disfrutando de la cena, este se puso a pensar:
Aquí dejo las gallinas, pero fuera del corral…y las dejo sin amparo. A merced de cualquier animal. ¿A quien podría poner, para vigilar nada más?
Después de dar vueltas al coco, meditar y meditar. Llegó a esta conclusión, y que te voy a relatar.
Si las dejo sin amparo, ¡victimas se convertirán! De cualquier desaprensivo…o de cualquier animal. Y ¿quien pongo para poder vigilar?
Si pongo al lobo las mata y después las comerá. Si a la zorra mata una cada día, y también la comerá.
¡Mejor las guardo yo mismo!
Dicho y hecho: Aquí mi amigo Sibilio acertó de pleno. Y de dicha quedó lleno. Más se puso a vigilar, cuando ya tenía hambre y era hora de cenar, este mató una gallina, ¡algo habría que cenar! Y lo mismo al otro día, y algún otro día más. Las gallinas se acabaron, si se acabó el gallinero. También se acabó el puchero. ¡Ya no hay nada que guardar!
ESTO: es lo que nos pasa a todos sin excepción; ya veras.
Nos convocan a elecciones y una urna nos pondrán, para que vayamos eligiendo a la zorra o al lobo del lugar, ellos lo comerán todo, lo suyo y lo de los demás. Y nos enseñan imágenes de gentes de otro lugar, que ya ha quedado sin nada y muriendo de hambre están. Nos dicen ser solidarios, y como humanos que somos nos quitamos de la boca el último bocado de pan, pero lo recogen ellos, y al hambriento no le dan
Políticos y banqueros, terror de la humanidad. Si el pueblo hiciera justicia. ¿Dónde os encerraran? Quizás os entierren vivos como vosotros hacéis con todo aquel que os cae mal.
No es justo que un banquero o un político cobre veinte veces más que otro cualquier ciudadano. ¿Adonde está la justicia? ¿A dónde la libertad?
Por algo dijo aquel cura, apoyado en el altar
Si hemos de hacer justicia…los jueces hay que encerrar
Y cuanta razón tenía
El cura don Emiliano
Que si alguien no podía
El iba a darle la mano
Se nota que ya soy débil
Siento ganas de llorar
Porque me siento impotente
No lo puedo remediar
Vuestro amigo Yusepe