Su origen se remonta a la reconquista de este territorio por parte de Alfonso VIII a fines del siglo XII. Según el fuero de la ciudad de
Cuenca, este rey dona en 1190 el antiguo
castillo musulmán, al alfoz o común de Cuenca. Años después, serán los Reyes Católicos quienes, tras hacer Villa a
Arbeteta, concederán el castillo a don Luis de la Cerda, conde de Medinaceli. Un siglo después, se dice que fue alcaide de esta fortaleza el comendador Alonso Osorio, capitán de sus Altezas, con 60.000 maravedíes de salario y más de 250 fanegas de
pan mediano. Ya en el siglo XVI, la fortaleza pasó a poder de don Gómez Carrillo de Sotomayor, en cuya
familia permaneció varios siglos más.