Espero, deseo y confío en que el
pueblo de
Barriopedro siga en auge y aunque siga siendo pobre, que la hospitalidad de sus lugareños, tanto los poquitos que allí perennes están, como los que vamos de paso, no merme y cada vez sea más alta, que no se diga de este pueblo que no acogemos con la sonrisa siempre puesta, y por supuesto que entre los del pueblo nos sonriamos con la sonrisa ancha y sana. Disfrutemos todos de sus
campos, de sus praderas, de su chopera, de su arroyo recién arreglado que todo
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