Recuerdo, de niño, que este "instrumento" era muy solicitado por los mozos del pueblo cuando salian de ronda. Los menos dotados musicalmente, osea, que no tocaban ni guitarras ni laudes, acordeon etc. Eran los encargados de acompañar con el almidez, los huesos y la siempre socorrida botella de anis rascada con el rabo de alguna cuchara. Algunas de las jotas que interpretaban todavia se pueden oir, en carreteras de circunvalación que organizan personas mayores, pero que no han perdido las ganas de...