ARMALLONES: Estimado amigo Gonzalo: En primer lugar, lamento el...

Estimado amigo Gonzalo:
En primer lugar, lamento el no haber podido responder antes a tu última consulta, pero es que he estado muy liado preparando algunas conferencias, coordinando eventos y escribiendo capítulos de próximos proyectos editoriales.
El tema que presentas en esta ocasión me parece de lo más interesante. La zona en donde se encuentra el enclave conocido como "Hundido de Armallones", como sabes, se encuentra al este de la provincia de Guadalajara, en medio de un territorio de gran belleza paisajística, cargado de energía, donde el agua fluye por todas partes; además, el río Tajo, ya algo adulto, crea espacios naturales inolvidables; el "Hundido", para los foristas que no lo sepan, es un corte estratigráfico del suelo, desde cuya cima, a modo de terraza natural, se domina todo el territorio, a vista de pájaro. Este lugar debió de haber formado parte de los territorios de una encomienda del Temple, donde los caballeros debieron de haber aglutinado una estrecha relación entre las tres comunidades de la España medieval (judíos, cristianos e hispano-musulmanes). No tengo noticias sobre la relación que pudiera haber entre este impresionante y mágico paraje con el convento de Santa Ana, de Albares, cuya población se encuentra a 13 km. Al oeste de Zorita de los Canes, muy próxima al yacimiento arqueológico de Recópolis, y también sobre la margen derecha del río Tajo, aguas más abajo. Lo que sí puedo decirte es que la célebre Bula "Omne Datum Optimun", emitida por el pontífice Alejandro III, hace especial referencia al paraje de Ocentejo, que se encuentra a poca distancia de Armallones, sobre la orilla derecha del Tajo; en esta Bula, el citado pontífice concedía a los templarios los derechos en tierras conquistadas al infiel, para la construcción de iglesias y, al mismo tiempo, el derecho a celebrar los oficios en ellas (crear cementerios, etc.), bajo la única supervisión de Roma. Pero, y aquí viene la clave, tan sólo había una objeción y es que no tales territorios recién conquistados no hubieran pertenecido anteriormente a diócesis cristianas; con lo cual, Alejandro III estaba empujando al Temple a levantar lugares de culto en enclaves anteriormente consagrados a cultos paganos, y, por lo tanto, lugares de energía y poder, donde se alzaron antes templos y altares a las divinidades precristianas. Y esta zona del corazón de Guadalajara, tan sumamente rica en corrientes superficiales y subterráneas de aguas cristalinas, fue todo un terreno abonado para los templarios, donde los magos oficiarían sus esotéricos ritos en estrecho contacto con la madre Naturaleza.
A medida que vaya averiguando algo más sobre este interesante enclave de "Hundido de Armallones" y su área de influencia, no dudes, querido amigo Gonzalo, que lo pasaré por este mismo canal, para que todos los foristas que lo deseen, puedan conocerlo. Y lo mismo ofrezco a quienes sepan más de este sobrecogedor escenario, que no duden en transmitir sus conocimientos y experiencias. Poco a poco, entre todos, iremos recomponiendo el fascinante puzzle de la historia de la España templaria.
Recibes un fuerte
Jesús ávila Granados.