Con esta figura nos metian miedo de canis. Solian decirnos : no hagas eso que te va a castigar el "niño de la bola". La verdad que surtía su efecto hasta que nos dimos cuenta (al menos en mi caso, que hay gente "para tó") de que poco miedo había que tener de un "cacho de yeso". Es una opinion muy personal, de ateo convencido. Nadie lo interprete como una irreverencia, allá cada cual con sus creencias. El ser monaguillo durante años, aunque pueda parecer extraño me ayudó bastante a cimentar mi falta de fé. No se como "se lo curran" los curas de ahora, pero los que yó conocí no me inspiraron mucha confianza, y dicho sea de paso los "santurrones" de Armallones (los que se perdian ni una misa) tampoco me convencieron mucho, sobre todo viendo su comportamiento fuera del templo, en la vida cotidiana. No son gente de fiar (salvo honrosas excepciones como siempre).