Este colorido fenómeno se repite con frecuencia desde mitad de primavera hasta final del verano. Es una gozada disfrutar de este espectaculo, no solo para la vista sino tambien para el olfato. El olor tras la tormenta, con multitud de matices me hace una sensacion de bienestar indescriptible. Lastima que este último verano de 2003 no han abundado las tormentas, aunque bien mirado seguro que los trabajadores del reten de incendios no opinan igual, y es que ya se sabe, tormenta es casi casi sinónimo de incendio forestal. Me conformare con las fotos. Ea.