Dormir en verano y ver las estrellas es un espectaculo unico. Pero hay un espectaculo aun mayor si cabe: Escuchar los sonidos de la naturaleza. El rumor del rio que por la noche se puede percibir perfectamente, salpicado por el canto del Cárabo, el Cuclillo, el Buho. Y que decir de los amaneceres. Refrescarse la cara en la Fuente loca, y sentarse en el porche a presenciar la salida del sol, mientras multitud de avecillas nos alegran con sus trinos. Percibir el aroma de tomillos, romeros, ajedreas, bujes, oreganos y demas aromaticas que adornan este santuario natural que conforma el HUNDIDO DE ARMALLONES. Yo he tenido la fortuna de disfrutarlo infinidad de veces y estoy en condiciones de asegurar a todo el que no lo haya hecho que tiene motivos mas que fundados para sentir envidia. Desde luego tiene facil solucion, es cuestion de elegir bien la noche.Saludos.