HOMENAJE A UNA GRAN PERSONA
Todos los días despertamos con las noticias de la prensa, radio, televisión y aquéllas que encontramos en las redes sociales, a las que les damos más o menos importancia y con las que batallamos día a día. Pero la noticia recibida esta mañana por wassap, aunque esperada, me ha sorprendido. Me notificaban el fallecimiento de Piedad.
Piedad era una persona muy querida en el pueblo de Barriopedro, donde nació y pasó su infancia y adolescencia. A Piedad la conocí hace trece años cuando adquirimos una casita para pasar los fines de semana y vacaciones. Y he de decir que siempre le tuve un cariño especial, el mismo cariño que ella transmitía a los demás. Prudente, cariñosa, amable, respetuosa, son los calificativos que demuestran la gran persona que era.
Todavía recuerdo las partidas de Rummy que, junto con mi madre, quien igualmente le tenía un cariño especial, echábamos en las tardes de invierno al calor de la lumbre.
Parece que la estoy viendo, sentada en el poyete de la entrada a su casa, haciendo algún arreglillo de ropa, o limpiando membrillos para su rico postre.
Piedad, hoy te has ido…. Pero no nos has dejado, pues siempre te tendremos en nuestros corazones. D. E. P.
MANUELA ORTIZ
Todos los días despertamos con las noticias de la prensa, radio, televisión y aquéllas que encontramos en las redes sociales, a las que les damos más o menos importancia y con las que batallamos día a día. Pero la noticia recibida esta mañana por wassap, aunque esperada, me ha sorprendido. Me notificaban el fallecimiento de Piedad.
Piedad era una persona muy querida en el pueblo de Barriopedro, donde nació y pasó su infancia y adolescencia. A Piedad la conocí hace trece años cuando adquirimos una casita para pasar los fines de semana y vacaciones. Y he de decir que siempre le tuve un cariño especial, el mismo cariño que ella transmitía a los demás. Prudente, cariñosa, amable, respetuosa, son los calificativos que demuestran la gran persona que era.
Todavía recuerdo las partidas de Rummy que, junto con mi madre, quien igualmente le tenía un cariño especial, echábamos en las tardes de invierno al calor de la lumbre.
Parece que la estoy viendo, sentada en el poyete de la entrada a su casa, haciendo algún arreglillo de ropa, o limpiando membrillos para su rico postre.
Piedad, hoy te has ido…. Pero no nos has dejado, pues siempre te tendremos en nuestros corazones. D. E. P.
MANUELA ORTIZ
Gracias por tus bonitas palabras Manuela, se agradece tanto cariño hacía mi tía, un fuerte abrazo. Lorena