La ermita de San Lorenzo estaba situada en un montículo, casi a la entrada del Barranco, por la parte del camino de la Nava de Bochones.
También tiene una parte de leyenda:
Cuentan que a últimos del siglo XIX o principios del XX, apareción en los Campos de Castilla una plaga de Langosta. Este insecto devoraba todo el cereal que encontraba a su paso, dejando rastros de miseria y pobreza donde llegaba. Cuenta la leyenda que la plaga avanzó por las tierras de Atienza hasta llegar a las inmediaciones de la ermita de San Lorenzo, y que al llegar a su altura, la plaga de detuvo en una nube negra y dejó de avanzar, volviéndose por donde había venido. Dicen que esto ocurrió debido a que el Santo escuchó las plegarias de las gentes del pueblo de Bochones, que así se lo pedían.
Esto contaba el padre de mi padre, que también se lo contaba su padre.
También tiene una parte de leyenda:
Cuentan que a últimos del siglo XIX o principios del XX, apareción en los Campos de Castilla una plaga de Langosta. Este insecto devoraba todo el cereal que encontraba a su paso, dejando rastros de miseria y pobreza donde llegaba. Cuenta la leyenda que la plaga avanzó por las tierras de Atienza hasta llegar a las inmediaciones de la ermita de San Lorenzo, y que al llegar a su altura, la plaga de detuvo en una nube negra y dejó de avanzar, volviéndose por donde había venido. Dicen que esto ocurrió debido a que el Santo escuchó las plegarias de las gentes del pueblo de Bochones, que así se lo pedían.
Esto contaba el padre de mi padre, que también se lo contaba su padre.