Después de las obras de captación de las aguas de la peña La Mora, y del corte
de los chopos y echarle herbicida, la zona ha quedado con un aspecto desolador,
sucia de ramas secas, leña por el suelo, abrevadero metálico seco y roto, puerta motor oxidada, lo que hace al entorno inútil para ninguna actividad lúdica.