Aún no se ha disipado por completo el humo. Aún no se han acallado los llantos y lamentos. Aún resuena por las calles de la villa de Cogolludo el eco de las tropelías cometidas por los soldados franceses en las indefensas gentes de Cogolludo. Aún se cierne la sombra del águila imperial de Francia sobre los otrora orgullosos muros del castillo. Aún no ha terminado la guerra…

Cuando un grito rompe la noche. Juan Martín, el Empecinado, vuelve la vista atrás y escupe su rabia. A lo lejos, la oscuridad ... (ver texto completo)

Cogolludo, 1810.
Al volver la vista atrás, a lo lejos, el resplandor de las llamas recorta la silueta de Cogolludo en la oscura noche. Hostigado por las tropas francesas bajo el mando del General Hugo, Juan Martín, El Empecinado, se bate en retirada junto a sus hombres, dispuesto a devolver cuanto antes el golpe a los franceses.

Sólo unas pocas horas antes, qué distinto era todo…

Cogolludo engalanado celebraba su mercado en la Plaza Mayor, presidida por el imponente Palacio de los Duques ... (ver texto completo)

AL CRISTO DE COGOLLUDO EN LA OSCURIDAD.
Cuanto misterio encerrado
sobre sus blancas paredes,
cuantos sueños quebrantados
sin jamás hablar de redes.
Ese Cristo está penando
las soledades inmensas,
“Dios mío quien va rezando
en estas horas tan tensas”.
Esa Cruz que da razones ... (ver texto completo)

COGOLLUDO EN MI CAMINO
Como un trovador inquieto que refleja simpatía, alguien nos habló de veto para vivir la armonía. Estas tierras fueron metas que pasaron por mil manos, algunas mentes inquietas hablan de vientos humanos. Cogolludo de leyenda por caminos invisibles, nadie quiere ver la venda de palabras imposibles. Guadalajara marcando la tierra de los Mendoza, frases que siguen volando y que el tiempo no destroza. Hubo marqueses mandando sobre su cima preciosa, el viento llegó dañando a la ... (ver texto completo)