Existe en la concepción del
edificio un predominio de la horizontalidad y la simetría. Destaca también la ausencia de
torreones, elemento típico de la
arquitectura palacial española, y la escala humana en los volúmenes; características todas ellas plenamente identificables con el estilo renacentista. Sin embargo, las
ventanas divididas por maineles y el uso reiterado de cresterías, denotan cierta influencia del
gótico. Hubo un intento de restauración para eliminar la crestería y transformar las ventanas, que se disponen de forma simétrica en la
fachada.