Ya tenemos aquí a las dos Españas tirándose porquería unos a otros. Podéis seguir porque tenéis montones de ella, tanto los unos como los otros. Mientras dure la partitocracia, no tenemos remedio: campaña electoral permanente con unos gastos desorbitados y crispación continua. A pesar de tener instalaciones oficiales, todos se reunen en los salones de los hoteles de lujo. Copiando a José Pla, habrá que preguntarse quién paga las juergas. Pregunta vana, pues lo sabemos todos: Juan Pueblo. Aquí casi nadie paga las cuotas de afiliado ni a partidos ni a sindicatos y todos ellos despilfarran; o sea que el dinero tiene que venir por cauces ilegales. En lo único que coinciden todos es perseguir los votos, soltándonos unos discursos que ofenden a la inteligencia. Da lo mismo que los pillen con el "carrito de los helados". Rara vez las chorizadas se substancian en condenas. No tenemos remedio. EL APóLITICO.