Si un bosque se quema porque unos inconscientes hacen una barbacoa un día seco y ventoso, y precisamente ese viento hace que una racha abrase a 11 hombres, nadie tiene culpa alguna, excepto los que iniciaron la barbacoa, que evidentemente no querían ni buscaban la muerte de 11 personas. Que culpa tiene un gobierno o un colectivo porque ocurra una desgracia. Lo del prestige fue muy distinto, desde el gobierno de aznar se quiso engañar a la población (una vez más) de que aquello no tenía consecuencias, los famosos hilillos que hicieron que llegaran rastros hasta las costas holandesas.
Ni firmo.
Ni firmo.