Cogolludo, 1810.
Al volver la vista atrás, a lo lejos, el resplandor de las llamas recorta la silueta de Cogolludo en la oscura noche. Hostigado por las tropas francesas bajo el mando del General Hugo, Juan Martín, El Empecinado, se bate en retirada junto a sus hombres, dispuesto a devolver cuanto antes el golpe a los franceses.
Sólo unas pocas horas antes, qué distinto era todo…
Cogolludo engalanado celebraba su mercado en la Plaza Mayor, presidida por el imponente Palacio de los Duques de Medinaceli. Las más variopintas mercancías cambiaban de manos en sus numerosos puestos. La gente bulliciosa, bailaba al son de la música de los de Turdión, que animaban el mercado.
La algarabía aumenta cuando los lugartenientes del Empecinado, José Mondedeu, Vicente Sardina y Marcelo Dávila, entran en el pueblo llevando consigo viandas apresadas a los franceses, para repartirlas entre las gentes de Cogolludo, agradeciendo así su apoyo frente a los franceses.
La tradicional comida popular en hermandad en la Plaza Mayor, ayudará a reponer fuerzas de cara a la inminente llegada por la tarde del caudillo Juan Martín, “el Empecinado” al frente de su tropa. El pueblo se echa a la calle para recibir a su héroe cuando entra en Cogolludo. Los sones de los de Turdión acompañan en su entrada a los guerrilleros españoles.
La llegada de un correo francés interrumpe la alegría del momento. Trae una carta del General Hugo acantonado en el vecino pueblo de Humanes para El Empecinado. En ella, se le ofrece al caudillo español pasarse a la causa imperial francesa. Éste le responde desde el Palacio Ducal, dejando claro “que si sólo quedara un soldado mío, aún no se habría concluido la guerra; porque todos ellos a imitación de su Jefe han jurado guerra eterna a Napoleón y a sus viles esclavos que le siguen.”
Enardecidas por tal respuesta, las gentes de Cogolludo lo celebran con bailes y cantos tradicionales de manos del grupo de música folclórica de Cogolludo.
Mientras, el Empecinado y su partida se aprestan para la inminente lucha en represalia a las heroicas palabras del bravo guerrillero.
La noche trae a las huestes napoleónicas al mando del General Hugo con un único objetivo: acabar de una vez para siempre con la resistencia y apoyo de Cogolludo al Empecinado.
Superados en número, los guerrilleros huyen, dejando atrás Cogolludo sometido al pillaje y el fuego. Su castillo es dinamitado… y el resto es Historia…
200 AÑOS DESPUÉS, LA HISTORIA CONTINÚA EN COGOLLUDO…
¿TE LO VAS A PERDER?
Os esperamos el 29 de junio a partir de las 12 de la mañana para disfrutar de la VI Jornada Napoleónica Villa de Cogolludo.
Pregón de apertura a cargo de D.. José García, concursante y Magnífico del 2011 en el Programa “Saber y Ganar”y residente en Cogolludo
Organiza Asociación Recreativa Cultural Libre Albedrío
Más información en www. librealbedrio. org
Contáctanos en librealbedriocog@yahoo. es
Al volver la vista atrás, a lo lejos, el resplandor de las llamas recorta la silueta de Cogolludo en la oscura noche. Hostigado por las tropas francesas bajo el mando del General Hugo, Juan Martín, El Empecinado, se bate en retirada junto a sus hombres, dispuesto a devolver cuanto antes el golpe a los franceses.
Sólo unas pocas horas antes, qué distinto era todo…
Cogolludo engalanado celebraba su mercado en la Plaza Mayor, presidida por el imponente Palacio de los Duques de Medinaceli. Las más variopintas mercancías cambiaban de manos en sus numerosos puestos. La gente bulliciosa, bailaba al son de la música de los de Turdión, que animaban el mercado.
La algarabía aumenta cuando los lugartenientes del Empecinado, José Mondedeu, Vicente Sardina y Marcelo Dávila, entran en el pueblo llevando consigo viandas apresadas a los franceses, para repartirlas entre las gentes de Cogolludo, agradeciendo así su apoyo frente a los franceses.
La tradicional comida popular en hermandad en la Plaza Mayor, ayudará a reponer fuerzas de cara a la inminente llegada por la tarde del caudillo Juan Martín, “el Empecinado” al frente de su tropa. El pueblo se echa a la calle para recibir a su héroe cuando entra en Cogolludo. Los sones de los de Turdión acompañan en su entrada a los guerrilleros españoles.
La llegada de un correo francés interrumpe la alegría del momento. Trae una carta del General Hugo acantonado en el vecino pueblo de Humanes para El Empecinado. En ella, se le ofrece al caudillo español pasarse a la causa imperial francesa. Éste le responde desde el Palacio Ducal, dejando claro “que si sólo quedara un soldado mío, aún no se habría concluido la guerra; porque todos ellos a imitación de su Jefe han jurado guerra eterna a Napoleón y a sus viles esclavos que le siguen.”
Enardecidas por tal respuesta, las gentes de Cogolludo lo celebran con bailes y cantos tradicionales de manos del grupo de música folclórica de Cogolludo.
Mientras, el Empecinado y su partida se aprestan para la inminente lucha en represalia a las heroicas palabras del bravo guerrillero.
La noche trae a las huestes napoleónicas al mando del General Hugo con un único objetivo: acabar de una vez para siempre con la resistencia y apoyo de Cogolludo al Empecinado.
Superados en número, los guerrilleros huyen, dejando atrás Cogolludo sometido al pillaje y el fuego. Su castillo es dinamitado… y el resto es Historia…
200 AÑOS DESPUÉS, LA HISTORIA CONTINÚA EN COGOLLUDO…
¿TE LO VAS A PERDER?
Os esperamos el 29 de junio a partir de las 12 de la mañana para disfrutar de la VI Jornada Napoleónica Villa de Cogolludo.
Pregón de apertura a cargo de D.. José García, concursante y Magnífico del 2011 en el Programa “Saber y Ganar”y residente en Cogolludo
Organiza Asociación Recreativa Cultural Libre Albedrío
Más información en www. librealbedrio. org
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