Este pueblo adolece de fondos públicos para poder mejorarlo pero por contra tiene una tranquilidad y unas vistas que ninguna pedanía de alrededor ofrece. Se trata sin duda de un auténtivo paraiso. Como todos estos pueblecillos, Colmenar con su crudo invierno, se queda solo y es a partir de primavera cuando empieza a florecer . . . De gente, que es lo que en definitiva le da la vida. Precioso lugar, a la espera de que Castilla La Mancha se acuerde de él pero sin sobreexplotarlo, por favor.