Perdona majo el salón en su día se cedió por el actual alcalde, hace la tira de años a la asociación de las mujeres, el local estaba en bruto y con ayuda de nuestros maridos y más personas del pueblo se habilito para que se pudiera entrar en él, pagando los jornales, con un precio de risa que algunas personas ni para una caña de cerveza tenían, él nos comento a las mujeres que si éramos capaces de arreglarlo nos lo cedía, pero que lo tendríamos que compartir con la tercera edad algún día y nosotras encantadas de la vida, por que teníamos un sitio para reunirnos por las tardes y hacer trabajos de manualidades y jugar una partidita de cartas, hacer gimnasia y poder bailar cuando hace frió o calor, los primeros años de la asociación Hacíamos allí la comida de convivencia, pero se nos queda el salón pequeño por que el número de socias ha ido aumentando año tras año, y estamos agradecidas al ayuntamiento por su entrega. El pique de ahora es otro, porque las formas de entrar en el salón por la tremenda rompiendo la cerradura sin dar más explicaciones nos parece que no es tubo bien en las formas de actuar.
Un vecino.
Un vecino.
