EL RECUENCO: Que obtimista eres, gaita.
Era, hijo, era una tradrición...
Que obtimista eres, gaita.
Era, hijo, era una tradrición y un placer ir a la fuente a beber agua fresca y
A pasar el rato, pero ahora ¿a quién le gusta estar en un pocilga?
¡Si levantara la cabeza Arsenio Martínez y los de su época!.