Este verano regresé a Embid. No pensé que estuviera tan largo de Molina - yo le echaba diez minutos - pero claro, es que sois rayanos por la otra esquina.
Conoci este singular pueblo hace un montón de años - yo tenia 27 - una tarde de Marzo, fría y con ventisca, allá por los años setenta y cinco, creo. Eran aquellos "famosos cumplimientos". Allí me dejaron, todo el pueblo para mí, con más vergüenza y timidez que otra cosa.
Creo que volví un par de veces más, pero casi no me recordaba nada.
Ahora he tenido ocasión, de la mano de mis amigos, de visitar calle por calle, empezando por la Iglesia, preciosamente restaurada, su castillo, de nuevo puesto en pie, y un sin fin de "casonas".
Desde Guadalajara en donde me encuentro saludo a los de Embid, agradezco el día que pasé y lo bien que lo pasé y os ofrezco mi "cueva santa" en la Avenida Castilla.
Conoci este singular pueblo hace un montón de años - yo tenia 27 - una tarde de Marzo, fría y con ventisca, allá por los años setenta y cinco, creo. Eran aquellos "famosos cumplimientos". Allí me dejaron, todo el pueblo para mí, con más vergüenza y timidez que otra cosa.
Creo que volví un par de veces más, pero casi no me recordaba nada.
Ahora he tenido ocasión, de la mano de mis amigos, de visitar calle por calle, empezando por la Iglesia, preciosamente restaurada, su castillo, de nuevo puesto en pie, y un sin fin de "casonas".
Desde Guadalajara en donde me encuentro saludo a los de Embid, agradezco el día que pasé y lo bien que lo pasé y os ofrezco mi "cueva santa" en la Avenida Castilla.