Pues a mí me parece una forma estupenda de divertirse, a lo mejor el autor del comentario anterior añora la época en la que teníamos que estar en la
iglesia de
Escariche las mujeres a un lado y los hombres a otro. Esa época sí que fue vergonzosa. ¡Anímo, chicos, viva
SAN BOTELLíN!