Nuestros camaradas italianos no nos hicieron caso. Creían que estaban en Abisinia y avanzaron, avanzaron por la
carretera de
Aragón, hacia
Torija y
Guadalajara, sin cuidarse de los flancos. Así llegaron hasta el
pueblo de mi abuelo, Enrique Villar Encabo,
TRIJUEQUE. Que era y es un hermoso lugar donde se celebraban las corridas de
toros mas importantes de la comarca; pero en cuanto empezó la artillería roja, salieron espantados, no sé por qué, y abandonaron las docenas de huevos fritos que, como
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