Contemplando esta soberbia
foto puedo comprobar muy satisfecho lo mucho y bien que ha cambiado el
pueblo que yo conocí allá por los 70.
Supongo que tendrá muchos menos habitantes durante el año, pero eso no quieta para agradecer lo bien que siempre fui recibido por los yuntanos.
Tuve el privilegio de predicar un año en la la
fiesta del
santo Cristo del Guijarro. Conservo muy buenos
amigos de
La Yunta que me siguen invitando a que vuelva a recordar viejas y simpáticas andanzas.(Por aquellos años
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