No se sabe la fecha de su construcción, sí se sabe que fue en épocas de peste. Antiguamente se encontraba en las afueras del
pueblo, pero hoy ha quedado incluida dentro del casco urbano. La entrada de la
ermita se encontraba antiguamente flanqueada por dos grandes
piedras planas, donde las madres solteras abandonaban a sus hijos, sin dejarlos a merced de las alimañas. Cuando eran descubiertos se llevaban al orfanato de
Guadalajara, donde se daban en adopción.
La ermita alberga la imagen de
san Roque con el perro.