Es un "gamellón", labrado en
piedra y todo de una pieza, que recogía el
agua de una fuentecilla. Estaba colocado en la mitad de la cuesta y las caballerías agradecían beber en su
pilón.
Hoy ha sido traladado, con acierto, a la
plaza del
pueblo.
Es digno de ser contemplado y admirado.