Todos los niños que han crecido en la Olmeda o que, como yo, han pasado allí algunos días de las vacaciones de verano de nuestra infancia, hemos probado las frías aguas de esta fuente. Caerse al pilón sólo al ir a por agua para llevarla a casa, o empujado por un amigo "graciosillo" el cual te dice: A que está muy fria??. También nos hemos "desollado" las rodillas y llenado los brazos de arañazos al intentar cojer las moras que crecen escondidas detrás de las paredes de la fuente...que luego nunca te comías por miedo a un terrible dolor de tripa que no te deje ir "al alto" por la noche a ver las estrellas.
Este pequeño pero maravilloso pueblo me trae recuerdos increibles, aunque ya debido a varias circunstancias cada vez lo visito menos, se lo recomiendo a todos los amantes del campo, de la tranquilidad, y a todos los que les guste acostarse arropado por un manto de estrellas (nada de contaminación), y levantarse escuchando los pájaros.
Sin más, me despido mandando un beso a mi abuelita que nació, vivió gran parte de sus años en la Olmeda y que ahora descansa rodeada de todo lo que fué su vida. MIRIAM.
Este pequeño pero maravilloso pueblo me trae recuerdos increibles, aunque ya debido a varias circunstancias cada vez lo visito menos, se lo recomiendo a todos los amantes del campo, de la tranquilidad, y a todos los que les guste acostarse arropado por un manto de estrellas (nada de contaminación), y levantarse escuchando los pájaros.
Sin más, me despido mandando un beso a mi abuelita que nació, vivió gran parte de sus años en la Olmeda y que ahora descansa rodeada de todo lo que fué su vida. MIRIAM.