Me sumo a los deseos de los últimos bogleros. Yo también echo de menos a algunos de los comentados por otros, entre ellos a MASTERMEN, espero que los calores de la incipìente primavera traiga con la alteración de la sangre las ganas de participar.
Mira, Olmo, me han contado algo de la VAQUILLA, los comentarios se refieren a la que hicieron por los años 57-59 JUAN del Pío (el barbero) y el LIBORIO del tio Gregorio. Uno de los mozos, el Vaquilla, iba vestido todo él de blanco, menos la cara que la llevaba tiznada de hollín de la cocina, el único maquillaje conocido y con la que intentaba besar a las mozas cuando se despistaban. Llevaba éste sobre sus hombros un armazón hecho con las amugas de acarrear la mies a la era a las que previamente se les había atado unos cuernos de vaca de los que colgaban grandes trucos y cencerros. Con los cuernos intentaba levantar las faldas a las mozas para "·verles los picos"
El otro mozo, vestido con grandes sacos y armado de un no menos considerable garrote tenía como misión conducir a la vaca. Llevaba asímismo cencerros a la cintura que metían un ruido ensordecedor. Los chicos nos solíamos asustar hasta que cogíamos confianza con ellos, aunque algún garrotazo, me dicen, que se solían llevar.
Después de bailar algún rato con las mozas iban al salón donde los hombres y autoridades merendaban y después de saludarlos y presentar sus respetos a todos eran invitados por los hombres a merendar. Volvían de nuevo al baile que duraba hasta altas horas, pero al ser en invierno y en la calle y debido al frío no serían éstas tan altas.
<<<<vale, por hoy OLMO, espero haber satisfecho en algo tus deseos culturales, Ya te contaré más otro día.
Mira, Olmo, me han contado algo de la VAQUILLA, los comentarios se refieren a la que hicieron por los años 57-59 JUAN del Pío (el barbero) y el LIBORIO del tio Gregorio. Uno de los mozos, el Vaquilla, iba vestido todo él de blanco, menos la cara que la llevaba tiznada de hollín de la cocina, el único maquillaje conocido y con la que intentaba besar a las mozas cuando se despistaban. Llevaba éste sobre sus hombros un armazón hecho con las amugas de acarrear la mies a la era a las que previamente se les había atado unos cuernos de vaca de los que colgaban grandes trucos y cencerros. Con los cuernos intentaba levantar las faldas a las mozas para "·verles los picos"
El otro mozo, vestido con grandes sacos y armado de un no menos considerable garrote tenía como misión conducir a la vaca. Llevaba asímismo cencerros a la cintura que metían un ruido ensordecedor. Los chicos nos solíamos asustar hasta que cogíamos confianza con ellos, aunque algún garrotazo, me dicen, que se solían llevar.
Después de bailar algún rato con las mozas iban al salón donde los hombres y autoridades merendaban y después de saludarlos y presentar sus respetos a todos eran invitados por los hombres a merendar. Volvían de nuevo al baile que duraba hasta altas horas, pero al ser en invierno y en la calle y debido al frío no serían éstas tan altas.
<<<<vale, por hoy OLMO, espero haber satisfecho en algo tus deseos culturales, Ya te contaré más otro día.